
Changles chilenos
Entre la diversidad de hongos comestibles que crecen en Chile, los changles destacan como uno de los ingredientes más emblemáticos de la gastronomía del sur del país.
Este hongo silvestre, de singular forma y textura, ha sido parte fundamental de la tradición culinaria mapuche y hoy sigue conquistando paladares con su versatilidad en la cocina.
Contenido
Orígenes e historia del changle
Conocido científicamente como Ramaria flava y denominado «pike» en mapudungún, el changle crece de manera natural en los bosques templados del sur de Chile.
Este hongo encuentra su hábitat ideal en zonas de alta humedad y temperaturas que raramente superan los 30°C, particularmente bajo la sombra de árboles nativos.
Desde tiempos ancestrales, los pueblos originarios de la región valoraron sus propiedades nutricionales, incorporándolas a su dieta especialmente durante las temporadas de caza, donde su consumo ayudaba a mantener la resistencia física durante prolongadas jornadas.
Propiedades nutricionales
Los changles ofrecen un perfil nutricional excepcional que los convierte en un alimento valioso. Son particularmente ricos en vitaminas del complejo B, especialmente B1 y B2, fundamentales para el metabolismo energético. Su contenido mineral incluye zinc, potasio, calcio y magnesio, esenciales para múltiples funciones corporales.
Desde el punto de vista nutricional, cada 100 gramos de changle fresco aportan aproximadamente 32 calorías, con 3,2 gramos de proteínas y 3,8 gramos de fibra dietética.
Su bajo contenido en grasas (0,3 g) y ausencia de colesterol lo convierten en una opción saludable para diversos regímenes alimenticios.
Preparación y usos culinarios
El proceso de preparación de los changles requiere ciertos cuidados para potenciar sus cualidades gastronómicas. La técnica tradicional incluye un primer hervor en abundante agua para suavizar su textura, seguido de un prolongado escurrido que puede extenderse hasta 24 horas. Este proceso permite eliminar el exceso de humedad y concentrar sus sabores.

Changles en su entorno natural
En la cocina tradicional chilena, los changles se incorporan a diversas preparaciones que van desde empanadas y tortillas hasta cremas y salsas.
Su versatilidad permite combinaciones con ingredientes como merkén, puerros, crema fresca y hierbas aromáticas, creando platos que reflejan la identidad culinaria del sur de Chile.
Conservación y recomendaciones
Para mantener sus cualidades organolépticas, los changles frescos pueden conservarse sumergidos en agua con una pizca de sal.
Sin embargo, es fundamental adquirirlos de fuentes confiables, ya que su peculiar morfología con forma de coral ramificado, de 6 a 20 cm de altura y colores que van del amarillo en las puntas al blanco en la base, puede confundirse con algunas especies no comestibles.
El changle en la tradición culinaria chilena
El consumo de changles sigue siendo una práctica arraigada en las comunidades del sur de Chile, especialmente durante el otoño, cuando alcanzan su mejor estado.
Localidades como Quilpué y Los Lagos mantienen vivas recetas tradicionales que han pasado de generación en generación, destacando preparaciones como las empanadas de changle o las tortillas rellenas.
Este hongo no solo representa un valioso recurso alimenticio, sino también un vínculo con las tradiciones ancestrales y un ejemplo del rico patrimonio gastronómico chileno.
Su conservación y uso responsable aseguran que futuras generaciones puedan seguir disfrutando de este singular ingrediente que los bosques sureños ofrecen.
COMIDA ANCESTRAL – LOS CHANGLES
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