
Origen de la expresión tomar once
En Chile, la palabra «once» trasciende su significado numérico para designar una de las comidas más arraigadas y significativas del día: la merienda o cena ligera que se toma por la tarde.
¿Pero de dónde proviene esta peculiar denominación y qué historias se tejen detrás de este término? A continuación, exploramos el origen y el significado detrás de «tomar once» en Chile.
¿Qué significa tomar once?
La explicación más difundida sobre el origen de «tomar once» se remonta a mediados del siglo XIX, vinculándose a una práctica social de los sectores medios y altos de la sociedad chilena.
Según esta versión, «once» se relaciona con el consumo de aguardiente, específicamente aludiendo a la costumbre de diluir el espirituoso con agua para hacerlo más suave y disfrutarlo así durante las reuniones sociales en las tardes.
La palabra «once» haría referencia al «código» utilizado por los que participaban de estas reuniones para hablar de beber aguardiente sin mencionarlo explícitamente, utilizando la cantidad de letras de la palabra (a+g+u+a+r+d+i+e+n+t+e=11) como sustituto. De este modo, «once» se convirtió en una especie de término cifrado.
Evolución de la tradición
Con el tiempo, el significado de «tomar once» se fue transformando y popularizando transversalmente. Lo que inicialmente podría haber empezado como una excusa para reunirse a beber aguardiente, evolucionó hacia un encuentro más familiar y cotidiano que incluye té, café, pan, mantequilla, palta, mermeladas, quesos y fiambres.
Esta merienda, que generalmente se sirve entre las 17:00 y las 20:00 horas, se transformó en un símbolo que refleja la importancia de la vida social y familiar en Chile, siendo un momento de encuentro, conversación y descanso tras la jornada laboral o escolar.
Tomar once vs. tomar té
Aunque en muchas partes del mundo se habla de «tomar té» para referirse a una merienda similar, en Chile el término «tomar once» posee una identidad propia y arraigada. Esta distinción no solo revela diferencias culturales y sociales, sino que también subraya la riqueza del lenguaje y las tradiciones locales.
Más allá de su origen, «tomar once» se ha convertido en un símbolo de la cultura chilena, representando la calidez, la hospitalidad y el valor de compartir con familiares y amigos. Es una práctica que une generaciones y que, a pesar de los cambios en la sociedad y en los hábitos alimenticios, se mantiene vigente como una expresión de la identidad chilena.
Sin duda, el acto de «tomar once» en Chile es es un ritual que encapsula historia, tradición y cultura. Refleja la manera en que los chilenos valoran los momentos de pausa y conexión con sus seres queridos, así como su capacidad de adaptar y evolucionar sus tradiciones sin perder su esencia.







