
Consumo de sal
El consumo de sal (cloruro de sodio) es esencial para el funcionamiento del cuerpo humano. Sin embargo, el exceso de este mineral, tan común en las dietas modernas, puede generar serios problemas de salud.
En nuestro organismo, el sodio juega un rol crucial en la regulación de líquidos, el funcionamiento muscular y nervioso, y la absorción de ciertos nutrientes como la vitamina C.
A pesar de su importancia, el equilibrio es clave, y es aquí donde las cifras actuales de consumo alarman a expertos en salud.
El consumo de sal en cifras
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos no superen los 5 gramos de sal diarios, equivalentes a una pequeña cucharadita de té.
Sin embargo, en América Latina, el promedio de consumo oscila entre 8,5 y 15 gramos por día, lo que triplica las recomendaciones. En Chile, específicamente, la media alcanza los 9,4 gramos diarios, casi el doble de lo sugerido.
Esta situación se agrava al considerar que muchos alimentos procesados contienen grandes cantidades de sodio, que se suman al que añadimos en casa al cocinar.
El impacto del exceso de sodio en la salud
Un consumo elevado de sal incrementa los niveles de sodio en la sangre, obligando al cuerpo a retener agua para equilibrar la concentración. Esto genera un aumento en el volumen sanguíneo y, como consecuencia, eleva la presión arterial.
Este efecto es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en el mundo. Además, el exceso de sodio puede sobrecargar los riñones, que son los órganos responsables de regular y excretar este mineral.
La sal en los alimentos procesados
Una de las principales fuentes de sodio en la dieta actual no es la sal de mesa, sino los alimentos procesados.
Productos como panes, quesos, embutidos, snacks, aderezos y sopas instantáneas contienen altos niveles de sodio. Este mineral se utiliza no solo para realzar el sabor, sino también como conservante.
Es por esto que reducir el uso de sal en la cocina no siempre es suficiente para mantenerse dentro de los límites recomendados.
En Chile, la legislación exige un etiquetado claro en productos altos en sodio, lo que permite a los consumidores identificar estos alimentos de manera sencilla.
Aun así, la clave está en optar por alimentos frescos y mínimamente procesados, como frutas, verduras, carnes sin aderezar y cereales integrales.
Consejos para reducir el consumo de sal
Adoptar hábitos saludables para disminuir la ingesta de sal no solo mejora la calidad de vida, sino que también puede prevenir enfermedades graves como la hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
1. Reducir el uso de sal en la cocina
Hierbas, especias y condimentos naturales son excelentes opciones para enriquecer el sabor:
- Cilantro, albahaca, tomillo, romero, orégano y perejil pueden aportar sabores distintivos.
- Pimentón, cúrcuma, comino, ajo en polvo, jengibre y pimienta negra son perfectos para dar intensidad.
- La cáscara de limón o naranja agrega frescura.
- Salteados o crudos, aportan un perfil de sabor robusto.
2. Leer las etiquetas
Los alimentos procesados son responsables de más del 70% del sodio consumido en muchas dietas.
- Elige productos con menos de 120 mg de sodio por cada 100 gramos, considerados bajos en sodio.
- Ingredientes como glutamato monosódico, nitritos, bicarbonato de sodio o fosfato de sodio también son fuentes de sodio.
- En Chile, los alimentos altos en sodio llevan un sello negro que alerta sobre su contenido excesivo. Evitar estos productos es un paso clave.

3. Evitar alimentos ultraprocesados
Los alimentos frescos no solo son naturalmente bajos en sodio, sino que también son más nutritivos.
- Opta por sopas caseras con vegetales frescos y sin sal añadida.
- Los embutidos como jamones, salchichas y chorizos tienen altos niveles de sodio.
- Frutas frescas, nueces sin sal y palitos de zanahoria o apio son opciones ideales.
4. Moderación en snacks y aderezos
Muchas veces, los snacks y aderezos contienen sodio oculto que se acumula rápidamente:
- Evita papas fritas, galletas saladas y palomitas de maíz comerciales. En su lugar, elige frutas deshidratadas sin azúcar, semillas o frutos secos sin sal.
- Salsa de soya, kétchup, mostaza y aderezos embotellados son fuentes concentradas de sodio. Prueba versiones bajas en sodio o haz tus propios aderezos con yogur natural, limón y hierbas.
- Limita el consumo de quesos procesados o untables salados y elige opciones frescas como queso cottage bajo en sodio.
Un objetivo global
La OMS establece como meta reducir en un 30% el consumo de sodio a nivel mundial para 2025, una iniciativa que podría prevenir millones de muertes prematuras.
Sin embargo, alcanzar este objetivo requiere esfuerzos conjuntos de gobiernos, industrias y consumidores. En el día a día, cada pequeño cambio cuenta para reducir los riesgos asociados al exceso de sal y llevar una vida más saludable.







