
Paté de campo chileno del abuelo
El paté de campo chileno es una receta tradicional que evoca los sabores de la cocina casera y rural de Chile, perfecto para compartir en reuniones familiares o como entrante en ocasiones especiales.
Contenido
- ¿Cómo preparar paté de campo chileno?
- Información nutricional
- Receta de paté de campo del abuelo
- Consejos adicionales
- ¿Puedo preparar paté sin horno?
- ¿Cómo conservar el paté adecuadamente?
- ¿Qué textura debe tener un buen paté de campo?
- ¿Con qué puedo sustituir la carne de cerdo?
- Origen del paté chileno
- ¿Sabías qué?
- Recomendamos
¿Cómo preparar paté de campo chileno?
El paté de campo se prepara mezclando carnes de cerdo y pollo, cocinadas con especias, vino blanco y hierbas aromáticas. Luego, se tritura hasta obtener una textura cremosa y se hornea en un molde.
Información nutricional
Cada ración de paté de campo contiene aproximadamente 150 kcal, 8 g de proteínas, 12 g de grasas totales (4 g de grasas saturadas), 45 mg de colesterol, 2 g de carbohidratos, 0 g de azúcares y 250 mg de sodio.
Receta de paté de campo del abuelo
Preparación: 30 minutos
Cocción: 90 minutos
Raciones: 8 personas
Ingredientes
- 300 g de carne de cerdo
- 200 g de carne de pollo
- 100 ml de vino blanco
- 100 g de mantequilla
- 50 ml de crema de leche
- 2 huevos
- 2 dientes de ajo picados
- 1 cebolla mediana picada
- 1 cucharadita de tomillo
- 1 cucharadita de romero
- 1 hoja de laurel
- 1 cucharadita de pimienta
- 1 cucharadita de sal
- Aceite vegetal
Preparación
- Picar la carne de cerdo y pollo en cubos pequeños. En una sartén con un poco de aceite, dorar las carnes por separado hasta que estén ligeramente cocidas. Reservar. En la misma sartén, sofreír la cebolla y el ajo hasta que estén transparentes.
- Añadir el tomillo, romero, laurel, pimienta y sal. Deglasar con el vino blanco y cocinar por 5 minutos. En una procesadora, triturar las carnes, la mezcla de cebolla y especias, la mantequilla y la crema de leche hasta obtener una pasta homogénea. Batir los huevos ligeramente y mezclarlos con la pasta de paté. Verter la mezcla en un molde para horno previamente engrasado.
- Cocinar a baño maría en el horno precalentado a 180°C durante 1 hora o hasta que esté firme. Dejar reposar el paté a temperatura ambiente y luego refrigerar por al menos 4 horas antes de servir. Desmoldar y acompañar con pan tostado o galletas saladas.
Consejos adicionales
- Cubre el molde con papel aluminio durante el horneado a baño maría para ayudar a que el paté se cocine de forma más pareja y evitar que se dore demasiado.
- Deja reposar el paté refrigerado durante 24 horas antes de servir y así permitir que los sabores se integren completamente y mejore su textura general.
¿Puedo preparar paté sin horno?
Puedes cocinarlo al vapor usando una olla grande con rejilla. Coloca el molde tapado y cocina a baño maría durante 90 minutos a fuego medio, revisando el nivel de agua.
¿Cómo conservar el paté adecuadamente?
Una vez frío, guárdalo en un recipiente hermético y refrigera por hasta 7 días. Si deseas conservarlo más tiempo, congélalo hasta por 3 meses, descongelándolo solo una vez.
¿Qué textura debe tener un buen paté de campo?
Debe ser suave, untuosa y sin grumos, pero con cuerpo. Si al enfriar se desmorona, por ejemplo, puede deberse a falta de grasa o exceso de cocción; si queda muy líquido, faltó tiempo de horno.
¿Con qué puedo sustituir la carne de cerdo?
Puedes sustituir la carne de cerdo por pollo, pavo o incluso champiñones salteados si buscas una versión más ligera, cada una con su sabor característico.
Origen del paté chileno
El paté de campo chileno es una receta que tiene sus raíces en la cocina campesina y rural de Chile. Inspirado en las tradiciones europeas, especialmente francesas, este paté se adaptó a los ingredientes locales y se convirtió en un clásico de la gastronomía chilena. Era común prepararlo en las zonas rurales para aprovechar las carnes disponibles y conservarlas por más tiempo.
¿Sabías qué?
El baño maría, técnica utilizada para hornear el paté, es un método que se remonta a la antigüedad. Su nombre proviene de María la Judía, una alquimista del siglo III d.C., quien lo popularizó para cocinar de manera uniforme y evitar que los alimentos se resequen.