Cáscaras de naranja confitadas
Una magnífica receta de cáscaras de naranja confitadas que luego podrás utilizar en innumerables preparaciones y así no desperdiciar nada de la fruta; rebozadas en azúcar o sumergidas en chocolate, son simplemente adictivas.
Contenido
Información nutricional
Cada ración de cáscara de naranja confitada contiene aproximadamente 280 kcal, 70 g de carbohidratos, 0 g de grasas, 1 g de proteínas, 1 g de fibra, 70 g de azúcares, 0 mg de colesterol y 5 mg de sodio. (*)
(*) Los valores estimados pueden variar según los ingredientes y porciones.
¿Cómo hacer cáscara de naranja confitada?
Preparar cáscaras de naranja confitada es extremadamente fácil, ya que con tan solo 3 ingredientes, naranjas, azúcar y agua, obtendrás un resultado absolutamente delicioso.
Preparación: 30 minutos
Cocción: 90 minutos
Raciones: 8 personas
Ingredientes
- 2 kg de naranjas
- 500 g de azúcar
- 500 ml de agua
Preparación
- Lavar muy bien las naranjas, opcionalmente con un cepillo suave, y retirar cualquier resto de suciedad; cortar la superficie y la base con un cuchillo afilado, realizar luego 4 cortes perpendiculares y retirar cuidadosamente los trozos de cáscara con la parte blanca incluida.
- En una olla mediana, añadir las cáscaras limpias y cubrir con agua fría, llevar a hervor y mantener por 5 minutos, escurrir y cambiar el agua, volver a hervir otros 5 minutos. Repetir este procedimiento una vez más, enfriar y estilar las cáscaras en papel absorbente. Cortar las cáscaras en tiras delgadas de unos 5 mm y pesar en una balanza de cocina.
- Igualar una porción de agua y una de azúcar con el mismo volumen (por ejemplo, 500 gramos de cáscara de naranja requerirán 500 gramos de azúcar y 500 ml de agua) en una olla mediana y calentar a fuego medio, cocinar por unos 8 a 9 minutos hasta alcanzar el punto de caramelo de hilo suave, 110 a 112°C (230 a 234°F).
- Incorporar las cáscaras y hervir a fuego lento por unos 45 minutos sin revolver o hasta que las cáscaras adquieran una apariencia traslúcida, retirar del fuego, escurrir el almíbar (se puede utilizar después, por ejemplo, para preparar té helado) y secar las cáscaras sobre una rejilla por unos 2 a 3 días. Servir fríos, rebozados en azúcar o idealmente bañados en chocolate.
Consejos caseros adicionales
Es importante que las naranjas estén libres de ceras, fungicidas o pesticidas aplicados tras la cosecha. Si no tienes acceso a naranjas orgánicas, puedes sumergir las frutas en una solución de agua con bicarbonato de sodio (1 cucharada por litro de agua) durante 10 minutos y luego enjuagarlas cuidadosamente con agua caliente.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Por qué es necesario hervir las cáscaras varias veces?
Los hervidos previos eliminan el amargor natural de la piel blanca (albedo) y ablandan la textura. Este paso es crucial, especialmente con naranjas no orgánicas, ya que ayuda a remover posibles residuos de pesticidas en la cáscara.
¿Cómo almacenarlas para que duren más?
Guárdalas en un frasco de vidrio hermético en un lugar fresco y seco (no refrigerar) por hasta 3 meses. Si las cubres completamente con el almíbar sobrante, pueden durar 6 meses. Para mayor duración, congélalas en capas separadas por papel encerado hasta 1 año.
¿Qué usos alternativos tiene el almíbar sobrante?
El almíbar cítrico es perfecto para endulzar tés o cafés, hacer granizados, humedecer bizcochos o como base para cócteles.
¿Se pueden usar otros cítricos para esta receta?
Puedes preparar cáscaras confitadas con limones, mandarinas o pomelos usando el mismo método. Las cáscaras de limón requieren 1 hervor extra para reducir su amargor, mientras que las de mandarina necesitan menos tiempo de cocción (30-35 minutos) por ser más delgadas.
Beneficios de consumir cáscara de naranja
Las cáscaras de naranja son ricas en fibra dietética, que es beneficiosa para la digestión y puede ayudar a prevenir el estreñimiento. Algunos estudios sugieren que los compuestos presentes en las cáscaras de naranja, como la hesperidina, pueden tener efectos beneficiosos en la reducción del colesterol LDL («colesterol malo»).
¿Sabías qué?
Históricamente, la conservación de alimentos por medio del azúcar comenzó a utilizarse originalmente en China y Mesopotamia, aunque se considera que la técnica de confitado actual proviene de los árabes.
¿Cómo adaptar esta receta a una versión vegana o vegetariana?
¿Cómo adaptar esta receta a una versión sin gluten?
¿Cómo adaptar esta receta a una versión keto (cetogénica)?
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