Receta de sopa o caldo de harina tostada: Perfecta para el invierno

Caldo de harina tostada

Una nutritiva, económica y muy fácil de preparar sopa de harina tostada, tal como la elaboraban nuestras abuelas en los días más fríos del invierno en el sur de Chile.

¿Cómo hacer sopa de harina tostada?

Muy tradicional en la gastronomía mapuche, el uso de harina tostada en este caldo es una muestra de su versatilidad como ingrediente en múltiples preparaciones, siempre utilizando ingredientes frescos y cocinada a fuego lento.

Información nutricional

Cada ración de caldo de harina tostada contiene aproximadamente 150 kcal, 6 g de proteínas, 8 g de grasas totales (2 g de grasas saturadas), 215 mg de colesterol, 14 g de carbohidratos, 2 g de azúcares totales y 320 mg de sodio.

Receta de caldo de harina tostada

Preparación: 10 minutos
Cocción: 10 minutos
Raciones: 4 personas

Ingredientes

• 1 ½ litros de agua
• ½ taza de harina tostada
• 4 huevos
• 1 cebolla en cubitos
• Ají de color o merkén
• Orégano seco y fresco
• Aceite
• Sal
• Pimienta

Preparación

1. Añadir un poco de aceite en una olla mediana y sofreír a fuego lento la cebolla picada, el ají de color, merkén, sal y pimienta a gusto por unos 5 minutos.
2. Hervir el agua e incorporarla inmediatamente a la olla, añadir luego el orégano y la harina tostada, revolver todo suavemente con una cuchara de madera y hervir el caldo por 2 minutos. Apagar el fuego.

3. Separar la clara de los huevos y añadir al caldo recién hervido, sin revolver. En un plato aparte, mezclar las yemas con una cucharada grande de agua fría.
4. Añadir las yemas a la olla, revolver suavemente para integrar todos los ingredientes y reposar por 2 minutos. Servir la sopa de harina tostada inmediatamente en un plato hondo, bien caliente.

Consejos adicionales

Siempre incorpora la harina tostada lentamente para evitar grumos en la preparación; si tienes cómo cernirla previamente, aún mejor. Puedes utilizar orégano seco en la preparación y decorar finalmente con unas ramitas de orégano fresco para así complementar este perfil de aroma y sabor tan propio de la gastronomía chilena.

¿Sabías que?

Antiguamente, el trigo se solía tostar en la propia cocina de la casa justo antes de la preparación y luego procesarlo en molinillos de hierro fundido que se montaban sobre la mesa, una actividad en la que participaba toda la familia.

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