Por Comidas Chilenas
La ensalada de habas calientes es un plato de la tradición mapuche, quienes también solían preparar un puré de habas secas y tostadas en una callana.
Contenido
¿Cómo hacer ensalada de habas calientes?
Antiguamente la ensalada de habas calientes solía elaborarse con un sofrito de cebolletas silvestres con manteca y merkén.
Información nutricional
Cada ración de ensalada de habas calientes contiene aproximadamente 250 kcal, 35 g de carbohidratos, 8 g de grasas, 12 g de proteínas, 10 g de fibra, 2 g de azúcares y 20 mg de sodio.
Receta de ensalada de habas calientes
Preparación: 20 minutos
Cocción: 40 minutos
Raciones: 6 personas
Ingredientes
- 1 kg de habas nuevas
- 2 ramas de perejil
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de aceite
- ½ cucharadita de comino
- Hojas de ajo
- Merkén
- Sal
Preparación
- Despuntar las habas, disponerlas una olla mediana cubiertas de agua fría y cocinar a fuego medio por 30 minutos, hasta que estén blandas. Filtrar y descartar el agua.
- Cortar la cebolla en cuadritos pequeños y sofreírla en aceite, añadiendo perejil picado, el ajo picado y el comino machacado en piedra, opcionalmente una pizca de merkén y cocinar revolviendo esporádica mente durante 10 minutos.
- Añadir el sofrito a las habas ya cocidas y filtradas y revolver todo para integrar. Machacar la mezcla con un mortero hasta que todo quede molido, formando una especie de puré grueso espeso.
- Servir la ensalada de habas calientes, decorada de algunas habas enteras, hojas de ajo picadas y como acompañamiento de papas cocidas y cordero asado.
Beneficios y propiedades
El consumo de habas puede ayudar a mantener controlados los niveles de colesterol y azúcar en sangre, ya que su contenido de fibra favorece una menor absorción de las grasas y mantener niveles adecuados la glicemia. Son una excelente fuente de potasio, muy importante a la hora de mantener controlada la presión arterial, sumado a su contenido de tiamina que le otorga protección a nuestra salud cardíaca.
¿Sabías qué?
Los antiguos egipcios pensaban que las habas servían como refugio de las almas de personas fallecidas, por lo que nunca las miraban directamente bajo la creencia atraían desgracias.