
Receta de salsa guasacaca venezolana
La salsa guasacaca venezolana es una de las mas populares que ha llegado a Chile de la mano de la inmigración, con un sabor y textura únicos que la convierten en un acompañamiento ideal para múltiples preparaciones, desde los clásicos tequeños de queso hasta unas sopaipillas con zapallo chilenas, simplemente deliciosa.
Contenido
¿Cómo hacer salsa guasacaca?
La salsa guasacaca es una preparación que equilibra perfectamente una mezcla a base de palta, cilantro, perejil, ajo y pimentón verde, aderezado de aceite de maravilla neutro, ajo sal y pimienta, con una textura semilíquida y un sabor que te desea probar un poquito más cada vez.
Información Nutricional
Receta de salsa guasacaca venezolana
Ingredientes
- 1 palta grande y madura
- 2 dientes de ajo
- 2 cucharadas de agua
- 1 cebolla mediana en cuartos
- 1 atado de cilantro
- 1 atado de perejil
- 1 cucharada de vinagre
- 1 ají verde pequeño (opcional)
- ¼ de pimentón verde
- Aceite de maravilla
- Sal
- Pimienta
Preparación
- 1. Dividir la plata en dos y con la ayuda de una cuchara grande, extraer toda la pulpa y reservar en un vaso de licuadora.
- 2. Añadir la cebolla picada, los ajos y pimentón, añadir un chorrito de agua y mezclar a velocidad media por unos segundos hasta integrar.
- 3. Añadir el cilantro y el perejil bien lavado, sin ramas y en cantidades similares, opcionalmente el ají sin venas ni pepas, incorporar el vinagre, un chorrito de aceite, salpimentar a gusto y procesar todo hasta obtener una salsa suave y líquida, probar y ajustar sazón y textura de ser necesario.
- 4. Servir la salsa guasacaca venezolana como acompañamiento de múltiples platillos, con papas al horno, carnes asadas, sándwiches o pescado frito.
Origen de la salsa guasacaca
Antiguamente, en el llano venezolano, la salsa guasacaca originalmente era elaborada principalmente a base de suero de leche y ají, pero fue evolucionando a través de la geografía del país e incorporando principalmente «aguacate», cebolla, ajo, cilantro y perejil.
¿Sabías qué?
La referencia escrita más antigua sobre la salsa guasacaca aparece en la novela de 1894 «Don Secundino en París» de Francisco Tosta García, en donde se señala:
Misia Ramona, al estornudar por un salpique de guasacaca que le cayera en la nariz, había perdido su plancha.