Por Comidas Chilenas
Esta deliciosa receta de sustancias caseras chilenas, también conocidas como marshmallows o bombones nubes, son una interpretación moderna de una antigua preparación chilena que se elaborada en un convento ubicado en Chillán y que eran preparada en base a colágeno de huesos hervidos.
Contenido
¿Cómo hacer sustancias dulces?
Las sustancias dulces son una preparación suave y esponjosa hoy en día elaborada a partir de un merengue italiano endulzado y saborizado, generalmente con esencia de vainilla, pero para las que puedes utilizar cualquier saborizante a tu elección.
Información nutricional
Cada ración de sustancias dulces contiene aproximadamente 220 kcal, 0,5 g de proteínas, 55 g de carbohidratos, 0 g de grasas, 54 g de azúcares, 0 mg de colesterol y 10 mg de sodio.
Receta de sustancias dulces caseras
Preparación: 15 minutos
Cocción: 10 minutos
Raciones: 6 personas
Ingredientes
- 300 g de azúcar blanca
- 3 claras de huevo
- 40 g de maicena
- 35 ml de agua fría
- 30 g de azúcar flor
- 8 g de gelatina sin sabor
- Esencia de vainilla
- Saborizante de frutilla
- Colorante alimenticio
Preparación
- En un tazón mediano añadir la gelatina sin sabor y verter los 35 ml de agua fría, girar en remolino suavemente para integrar, reposar hasta hidratar por completo y revolver para disolver.
- En una olla mediana añadir 250 gramos de azúcar y añadir agua sólo hasta que el azúcar quede cubierta, calentar a fuego alto, llevar a hervor y con un termómetro de cocina monitorear la temperatura hasta que alcance los 117°C para formar un almíbar de bolita semi-blanda.
- En un bol grande reunir las claras de huevo a temperatura ambiente y añadir poco a poco 50 gramos de azúcar a medida que mezclas con la batidora a velocidad alta hasta formar un merengue a punto nieve.
- Incorporar el almíbar poco a poco, cuidadosamente sin dejar de batir, añadir la vainilla, el colorante y continuar mezclando hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa.
- Distribuir el merengue sobre una bandeja de horno cubierta de papel mantequilla y ligeramente aceitada, distribuir con una espátula de silicona y asentar con suaves movimientos zigzagueantes y golpecitos en la base de la mesa, cubrir con papel fil y almacenar en el refrigerador por al menos 2 horas.
- En un bol mediano reunir la maicena y el azúcar flor, mezclar todo hasta integrar, espolvorear sobre la superficie del merengue ya reposado en el frio y distribuir de forma pareja con la punta de los dedos.
- Espolvorear un poco de la mezcla sobre una tabla de cortar del tamaño de la fuente de horno, voltear el merengue y espolvorear igualmente la cara anterior, cubriéndolo por completo.
- Cortar el merengue en forma rectangular para dar forma a las sustancias y utilizar cuchillo grande sumergido unos segundos en agua caliente para que la mezcla no se pegue al rebanar.
Consejos al preparar sustancias
Puedes utilizar cualquier saborizante y colorante a tu elección a fin de crear tus propias combinaciones, incluso combinándolo en capas sobre una misma fuente.
Idealmente y a fin de obtener un mejor resultado asegúrate de utilizar un termómetro de cocina, son muy económicos y lo podrás incorporar al uso de todas tus preparaciones controlando la temperatura perfecta de cocción.
Historia de las sustancias chilenas
Durante décadas las religiosas del Monasterio de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento ubicado en Chillán elaboraron sus famosas sustancias dulces que dieron fama a la ciudad a partir de una receta que traída desde España, probablemente de influencia turca y que aprendieron en el convento de las Sacramentinas de Santiago.
Las sustancias de Chillán eran elaboradas utilizando rótulas de vacuno, las cuales eran hervidas y reposadas durante varios días a fin de obtener toda la “sustancia”, es decir, el colágeno convertido en gelatina natural, que luego era colado o filtrado hasta conseguir un resultado esponjoso saborizado con canela, limón y un poco de azúcar.
Sustancias de huesos de gallina
La receta más antigua de sustancias chilenas de la que se tiene registro aparece en el antiguo recetario “La Hermanita Hormiga: Tratado de arte culinario” de Marta Brunett publicado en 1931, el cual era elaborado con huesos de gallina.
Una gallina gorda despresada, un hueso grande de agarradero, otro de cadera y otro de espinazo con mucha médula, se hierven hasta que la carne esté hecha una especie de jalea. Se pasa entonces por el cedazo y se deja hasta el día siguiente, en que se desengrasa y se pesa. Por cada libra de jalea se ponen 12 onzas de azúcar, una cucharadita de anís, una raspadura de nuez moscada y un palito de vainilla. Se hace hervir a fuego regular y al estar muy a punto -que será cuando se vea el fondo de la cacerola al revolverlo- se saca y se sigue revolviendo hasta que esté completamente frío y se haya puesto blanco. Se extiende entonces en una mesa de mármol y al estar oreada la pasta se corta en tiras largas y angostas o en bizcochos.
¿Sabías qué?
La gelatina es uno de los compuestos más versátiles del mundo, una proteína pura y natural derivada del colágeno, ampliamente utilizada en la producción de alimentos, fármacos, nutracéuticos, en la fotografía y en una serie de otras aplicaciones durante casi dos siglos.